“Rumbo a los tres dígitos de inflación. Sin reservas. Importaciones cerradas. Brecha cambiaria del 100%. Sin precios de referencia. Faltantes de productos. Pero con el equipo legal y técnico de la Secretaría de Comercio intentando solucionar el faltante de figuritas. Prioridades”. Christian Buteler, analista bursátil, escribió este tuit que fue una suerte de resumen de lo que sucedió en la economía argentina. El dólar “blue”, no sólo ha sido la figurita difícil en el mercado, sino que experimentó ayer una suba de $ 10, tras la decisión del Banco Central de prohibir a los agroexportadores las operaciones con los tipos de cambio financiero en la Bolsa de Comercio.
“Claramente que, a mayores restricciones, mayores presiones sobre el dólar blue. Mantener un tipo de cambio atrasado genera presiones para que la brecha se amplíe y los pesos vayan al informal, con el traslado posterior a precios”, señala a LA GACETA la economista Natalia Motyl. Por otra parte, dice la experta, el drenaje de reservas es cada vez más importante y cualquier entrada de dólares es insuficiente para sostener la dinámica del modelo económico del actual Gobierno.
Los problemas para acumular dólares en las reservas exponen al Gobierno nacional a definir una devaluación, ante el atraso del tipo de cambio oficial, que ayer cerró en $ 151,24, casi la mitad de lo que cuesta un dólar financiero. La ingeniería cambiaria del Estado ha llevado a que la divisa para atesoramiento se restrinja hasta los $ 200 por unidad, pero la operatoria no es para todos. Los cepos se van sucediendo. Así, se impuso impuestos para el dólar tarjeta o turismo; también restricciones para aquellos que tomaron un crédito hipotecario, que cobraron un Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) o fueron beneficiarios de la Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP). La operatoria también es vedada a los clientes de servicios que gozan de subsidios energéticos. Ahora, el Banco Central ha dispuesto que aquellas grandes empresas agroexportadoras que vendieron dólar soja no podrán acceder al mercado de cambios oficial, y tampoco a la Bolsa para comprar MEP o Contado con Liquidación. No obstante, aclaró que “no incluye a los productores que sean personas humanas”.
Con esta nueva decisión, lo más probable es que en los nueve días que restan para finalizar el mes, el ritmo de comercialización de la soja caiga sustancialmente, advierte David Miazzo, economista jefe de la Fundación Agropecuaria para le Desarrollo de Argentina (FADA). De esta manera, indica a LA GACETA, se achicará el aumento de las reservas del BCRA. Miazzo estima que, hacia fines de mes, el Central habrá logrado retener entre U$S 2.500 millones y U$S 3.000 millones. Así, la entidad que preside Miguel Pesce se quedaría con un 60% de la liquidación de la oleaginosa por parte de los agroexportadores. El otro 40%, acota, será vendido al sector importador. El BCRA terminó ayer con compras por unos U$S 180 millones en el mercado de cambios y en el mes acumula U$S 2.538 millones. La pregunta que se hace el mercado es, ¿quién venderá una tonelada de soja al dólar oficial cuando la operatoria llegue a su fin? Y, si continúa, ¿qué medidas adicionales adoptará el Gobierno para tentar a liquidar más granos?
El ingreso de divisas por las exportaciones caería el mes que viene, con la presión natural que también ejercerá la demanda de dólares turistas, de aquellos que quieran, por ejemplo, viajar y gastar en el Mundial de Qatar. Miazzo señala que, con el “dólar soja”, el ministro de Economía, Sergio Massa, no hizo más que comprar tiempo. Tal vez 30 a 45 días más de calma cambiaria que, en el fondo, evitaría una devaluación más brusca. “La cuestión de fondo es establecer cuándo el BCRA reconocerá que el valor del tipo de cambio oficial está extremadamente atrasado, y se lo comió la inflación, más allá que artificialmente esté bajo”, apunta el economista de FADA.
En lo que va del mes se observa una marcada inconsistencia entre la política monetaria y la cambiaria, ya que el actual esquema es muy expansivo en términos monetarios. Según el economista del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), Jorge Vasconcelos, el Banco Central que podría tener que estar emitiendo unos $ 600.000 millones (14 % de la base monetaria), debido al desbalance que surge de comprar una fracción importante de los dólares de exportación a $ 200 y vender todos los dólares de importación a $ 140.
En análisis
Sin mayores ingresos de divisas, en el Palacio de Hacienda se analizan varias alternativas para cuidar, al menos, los dólares que van ingresando. Por caso, se sostiene que el Gobierno avanzaría con un cupo mensual para los consumos en dólares realizados con tarjeta de crédito. Esta medida afectaría principalmente a los argentinos que viajen al exterior, que se encontrarían con un límite concreto a sus gastos. En el mercado también se maneja la alternativa de que el área económica avance sobre los impuestos que se aplican al dólar turista. Particularmente con la percepción de los impuestos a las Ganancias y a los Bienes Personales, que hoy se encuentra en el 45%. En el Palacio de Hacienda temen que la demanda ”dólar Qatar” sea creciente ante la inminente salida de miles de argentinos para acompañar a la Selección Nacional de Fútbol. En los primeros siete meses del año ese rubro demandó U$S 3.900 millones de las reservas del Central, prácticamente la misma cantidad de divisas que giraría el FMI tras la segunda revisión de las metas del acuerdo con el país.
La escasez de dólares es casi similar a la de las figuritas del Mundial. Pero la demanda de ambos productos sigue siendo creciente, aún cuando el precio oficial sea la mitad del valor que se pide en el mercado informal. La diferencia entre ambos es que las figuritas aparecerán en octubre. Los dólares, en tanto, no estarán a disposición del público. El acceso a esas divisas será más restringido.